Add parallel Print Page Options

18 Después está el marido infiel,
que se convence a sí mismo:

«Todo está oscuro. Nadie me ve.
Estas paredes me esconden;
¡no hay nada que temer!
¡Ni siquiera el Dios altísimo
se dará cuenta de mi pecado!»

19 Lo que este hombre teme
es que lo vean los demás,
sin pensar que Dios puede ver
todo lo que pasa en este mundo;
sus ojos penetran lo más profundo
y alumbran más que el sol.
20 Antes de crear el mundo,
Dios ya conocía todas las cosas,
como también las conoce ahora.

Read full chapter